En tiempos antiguos, los marineros navegaban tanto por la posición de las estrellas en la noche como por los paisajes familiares durante el día. Ahora, contando con siglos de navegación astronómica y nueva tecnología una compañía de navegación por satélite se une a una iniciativa del envío robótico de barcos.
Si todo va según lo previsto, los barcos no tripulados cruzarán el mundo, guiados por señales enviadas desde satélites.
La iniciativa surge de The Advanced Autonomous Waterborne Applications, un proyecto liderado por Rolls Royce y financiado por Tekes (agencia finlandesa de financiación de tecnología e innovación) para crear naves que pueden cruzar el mar sin seres humanos a bordo.
El proyecto tiene como objetivo reunir a los asociados de la industria, junto con universidades, institutos de investigación, propietarios de buques y otras partes interesadas para explorar los factores económicos, sociales, legales, regulatorios y tecnológicos que deben ser abordados con el fin de hacer de los barcos autónomos una realidad.
Las personas ocupan espacio ya limitado en un barco, y tienen necesidades biológicas que requieren más espacio, por lo que un barco sin ellas puede prescindir de la galera, los dormitorios, el almacenamiento de alimentos para la tripulación, o cualquier otra cosa relacionada con la vivienda. Es un ahorro de espacio, así como una prestación de seguridad: Sin tripulación a bordo como rehenes potenciales, los ataques piratas serían sólo una preocupación de material, y no una amenaza para la vida.
Inmarsat, la compañía de satélites que acaba de firmar el proyecto, transportará los datos de los buques a tierra.
Inmarsat está listo para lanzar el cuarto satélite de su constelación de Global Xpress en 2016. La red de banda ancha promete niveles de transferencia de datos. Con esto, los «marineros a control remoto» podrían surcar los mares, tan pronto como las constelaciones estén en posición.
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