Los smartwatch o relojes inteligentes, están llenos útiles de sensores que les permiten realizar un seguimiento a la frecuencia cardíaca, número de pasos, ubicación y más, pero estos mismos sensores también pueden ponerlo en riesgo de ser hackeado.
Un equipo de científicos en computación desarrolló una aplicación que se encuentra en los relojes y captura los datos de estos sensores de movimiento rastreando los movimientos que hace la mano para teclear, con fin de saber qué se escribe en la pantalla.
Los investigadores escribían mientras llevaban puesto el reloj. Con la aplicación instalada, se hace un seguimiento de las pulsaciones del teclado. A continuación, a cada movimiento le fue asignado una tecla que utiliza un módulo de detección de pulsaciones de teclas, éste analizó cada golpe de teclado y el desplazamiento del usuario.

Estos movimientos se envían luego a un hacker o pirata cibernético que determina qué se teclas se pulsan y en qué orden, lo que podría revelar contraseñas, claves bancarias, correos electrónicos privados y todo tipo de información personal.
El ‘sistema de ataque’ fue creado por el profesor asociado Romit Roy Choudhury y su equipo de la Universidad de Illinois. Se le ha llamado Motion Leaks (Fugas de movimiento) y fue demostrado usando un reloj Samsung Gear Live pero, los investigadores dijeron que cualquier dispositivo portátil que utiliza sensores de movimiento incluyendo el reloj de Apple Fitbit podría ser vulnerable también.
Sin embargo, según las investigaciones, también existen maneras de eludir esto: Se demostró que el sistema actual de sensores de los equipo no puede detectar caracteres especiales como números, puntuación y símbolos que pueden aparecer en las contraseñas. La barra o tecla ‘espacio’ también plantea un obstáculo.
De igual manera, al retrasar la velocidad del registro del sensor de movimientos de la muñeca de los usuarios serían muy difíciles de rastrear. Además, los investigadores sólo pueden recoger datos de la mano que lleva el reloj y de las personas que tienen patrones de escritura estándar.
Los investigadores concluyeron: «Nos gustaría aconsejar a la gente que utiliza el reloj que lo disfrute, pero deben saber que puede haber una amenaza».
El trabajo, financiado por la Fundación Nacional de la Ciencia, se presenta esta semana en la conferencia MobiCom 2015 en París.
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